En el camino hacia una alimentación más saludable y sostenible, un equipo de científicos chilenos está liderando un proyecto pionero en el campo de la biotecnología de alimentos. Su objetivo es revolucionar la forma en que consumimos carne, eliminando la necesidad del sacrificio animal y mitigando los desafíos ambientales que enfrenta la producción convencional de carne. Este proyecto se centra en la creación de carne cultivada in vitro, una alternativa innovadora que podría cambiar la forma en que vemos y consumimos proteínas animales.
En el contexto actual, donde la sequía y la urbanización están afectando la disponibilidad de praderas para la ganadería, los costos de producción de carne están en aumento. La carne, una vez considerada una fuente accesible de proteínas, está en riesgo de convertirse en un producto prohibitivamente costoso. Sin embargo, la ciencia está abriendo nuevas vías de solución, y es aquí donde entra en juego la carne cultivada en laboratorio.
Liderados por Cristian Acevedo, director del Centro de Biotecnología de la Universidad Técnica Federico Santa María, un equipo de diez científicos, incluyendo seis de la USM, está llevando a cabo una investigación vanguardista para desarrollar carne cultivada. Esta carne, también conocida como carne in vitro o carne cultivada, es un tejido muscular obtenido en condiciones de laboratorio a partir de células madre musculares de animales de ganadería como vacunos y cerdos.
La investigación, que tuvo inicio en 2016, ha continuado su impulso gracias a la adjudicación de un proyecto adicional por cuatro años (Proyecto Fondecyt 1190100). El proceso involucra el diseño y desarrollo de biomateriales comestibles, llamados “scaffolds”, que sirven como soporte para el crecimiento y diferenciación de células musculares en tejido muscular comestible. Este enfoque no solo busca crear una alternativa a la carne tradicional, sino también abordar la problemática de la sostenibilidad y la ética en la producción de alimentos.
Uno de los aspectos más emocionantes de esta tecnología es su potencial para reducir significativamente el sacrificio animal. Según Acevedo, en un futuro podría ser suficiente obtener una pequeña muestra de tejido animal para cultivar las células necesarias en un biorreactor, eliminando así la necesidad de criar y sacrificar animales para obtener carne. Esta innovación no solo tiene implicaciones éticas, sino que también tiene el potencial de reducir infecciones transmitidas de animales a humanos, así como disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de agua en comparación con la ganadería convencional.
A medida que la investigación avanza, el equipo enfrenta el desafío de reducir los costos asociados con esta tecnología. Aunque las herramientas y el conocimiento están disponibles, la producción de carne cultivada in vitro aún es costosa. Los “scaffolds” desarrollados por el equipo consisten en formulaciones de biopolímeros de origen marino, que proporcionan un sustrato biocompatible para el crecimiento celular. Además, la superficie de estos materiales se imprime con una microestructura similar a la de las fibras musculares, permitiendo que las células crezcan de manera similar a como lo harían en la carne natural.
En resumen, los avances logrados por este equipo de científicos chilenos son prometedores y representan un paso importante hacia una forma más sostenible y ética de obtener proteínas animales. Aunque todavía hay desafíos por superar, como la reducción de costos y la escala de producción, la carne cultivada in vitro tiene el potencial de transformar la industria alimentaria y contribuir a un futuro donde la nutrición y la ética vayan de la mano.