El Misterio de la Quinta Estación: ¿Por qué Desapareció el “Estío”?
Las estaciones del año, ese ciclo eterno de transformación y cambio que marca la vida en nuestro planeta, han sido testigo de la evolución de la Tierra desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, pocos saben que antes de la actual cuarteta de primavera, verano, otoño e invierno, existía una quinta estación, una estación que desapareció con el tiempo, llevándose consigo un nombre evocador y un periodo único en el calendario.
Esta quinta estación, conocida como “estío”, se situaba entre el verano y el otoño. Fue parte del calendario estacional hasta el siglo XVIII, cuando, por cuestiones de acomodo y distribución, las estaciones se redujeron a las cuatro que conocemos hoy en día. Pero, ¿por qué desapareció el “estío” y qué papel jugó en la evolución de nuestro entendimiento de las estaciones?
La respuesta nos lleva al mundo de la astronomía y a la búsqueda de momentos astronómicos claros que marcaran la transición entre las estaciones. A medida que avanzaba la comprensión de la órbita terrestre alrededor del Sol, se buscaban puntos precisos en el tiempo para definir los inicios de las estaciones. Como resultado, el estío, a pesar de su evocador nombre y su ubicación entre el verano y el otoño, fue excluido para simplificar el calendario estacional.
En el nuevo orden, el verano se convirtió en la estación que se apoderó del nombre que antes correspondía a la parte más calurosa del año, lo que habría correspondido al estío. De esta manera, la primavera, el estío, el otoño y el invierno pasaron a ser simplemente primavera, verano, otoño e invierno.
A pesar de su desaparición oficial, la palabra “estío” ha perdurado como sinónimo de verano en algunos contextos, y ocasionalmente, poetas e intelectuales nostálgicos la rescatan para evocar una época perdida, una quinta estación que solo sobrevive en las páginas de la historia y en la imaginación de aquellos que disfrutan de las palabras en desuso.
Aunque el estío ya no figura en nuestros calendarios como una estación oficial, su misterio nos recuerda que la comprensión de las estaciones del año ha evolucionado con la ciencia y la observación, pero también ha sido moldeada por la cultura, la tradición y las necesidades de organización del tiempo. Un recuerdo de que la naturaleza, en su constante cambio, sigue guardando secretos y sorpresas, incluso en los detalles aparentemente triviales de nuestro calendario.