Vladimir Putin ha emitido un decreto de efecto inmediato que requiere a los integrantes del Grupo Wagner y otros contratistas militares privados prestar juramento de lealtad al Estado ruso.
El decreto, promulgado por el presidente de Rusia el pasado viernes, apenas dos días después de que se informara sobre la posible muerte de los líderes de Wagner en un accidente aéreo, se aplica a cualquier individuo que participe en actividades militares en Ucrania, brinde apoyo al ejército o sirva en unidades de defensa territorial.
Paralelamente, Rusich, una subunidad extremista del Grupo Wagner, anunció el sábado la suspensión de sus operaciones militares en Ucrania. A través de un comunicado en Telegram, Rusich acusó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia de no haber protegido a Yan Petrovsky, uno de los fundadores del grupo, quien fue arrestado en Finlandia por violaciones relacionadas con visas y ahora enfrenta la posibilidad de ser extraditado a Ucrania.
Los analistas consideran que el decreto emitido por Putin es parte de su estrategia para consolidar su autoridad después del intento de levantamiento liderado por Wagner en junio.
Natia Seskuria, del Royal United Services Institute, comentó a la BBC que “Putin busca un control más riguroso sobre Wagner para garantizar que no se repita otra crisis en el futuro”.
El propósito del decreto es diverso. En un contexto en el cual los mercenarios de Wagner carecen de un líder identificable tras el accidente aéreo que habría involucrado a Yevgeny Prigozhin y otros líderes, el decreto podría cumplir el propósito de identificar a los combatientes.
El decreto, descrito como un paso para construir las bases espirituales y morales de la defensa rusa, incluye un juramento en el cual se comprometen a obedecer estrictamente las órdenes de sus comandantes. Petro Burkovskyi, director de la Fundación Iniciativas Democráticas con sede en Ucrania, opina que este mensaje es en realidad una señal codificada para los servicios de inteligencia militar con el fin de localizar y procesar a los combatientes de Wagner.
Además, el decreto envía un mensaje a los propios combatientes: “cumple las órdenes o enfrenta consecuencias legales”. Semanas antes del intento de levantamiento dirigido por Prigozhin en junio, el Ministerio de Defensa ruso había establecido una fecha límite del 1 de julio para que los grupos mercenarios firmaran contratos con el Ejército. Sin embargo, Prigozhin rechazó esta medida, ya que no deseaba que Wagner operara bajo el control del ministerio. La decisión de Putin de respaldar el plan ministerial fue interpretada como un distanciamiento público de su aliado Prigozhin.
Existe incertidumbre sobre cómo el decreto impactará a los combatientes de Wagner, dado que carecen de un líder evidente. Burkovskyi opina que, al ser militares experimentados, estos combatientes son activos valiosos para el Ejército ruso. Aunque habían optado por unirse a Wagner debido a su autonomía frente a la burocracia del Ejército, es posible que acepten el trato especial bajo el liderazgo de Putin, independientemente de dónde, contra quién y en nombre de quién luchen.
Por otro lado, Seskuria considera que, aunque el decreto podría tener un impacto a corto plazo, es probable que los seguidores leales a Prigozhin se nieguen a prestar juramento.